Por: Moisés Wasserman
29 de septiembre 2017 , 12:00 a.m.
Hay problemas, problemitas y problemotes, pero el problema mayor de la humanidad es cómo darles de comer a 7.500 millones de personas (para el 2050, 9.000) sin destruir el planeta en el intento. El acercamiento científico es la mejor forma de resolver ese tipo de problemas. Es un razonamiento sano, que no nos deja engañarnos a nosotros mismos por más que nos empeñemos. Nos recuerda que no se piensa con el corazón ni con la boca del estómago, sino con el cerebro.
Hace poco, en medio de ataques insensatos contra las vacunas (ejemplo de cómo atacar las soluciones) se dieron otros, tal vez por analogía tecnológica, acusando a los organismos transgénicos de los más curiosos males. Una nutricionista afirmó por radio que el aumento de alergias contra el gluten se debía al trigo transgénico que consumíamos. Su argumento tenía dos pequeñas fallas: la primera, que no se ha demostrado ningún aumento real de esa alergia; la segunda, que no consumimos trigo transgénico. Para ella, el culpable de un aumento que no existe fue un consumo que no se dio.
Esa lógica extraña se repite en ataques a muchas soluciones que la biotecnología le ha venido dando al ‘problema mayor’. Hay que recordarles a quienes tienen horror sagrado a la transferencia de genes entre especies que esta se ha dado siempre espontáneamente en la naturaleza y que todas las plantas domesticadas (ancestralmente) han sufrido procesos de selección artificial que han cambiado sus propiedades.
Esa lógica extraña se repite en ataques a muchas soluciones que la biotecnología le ha venido dando al ‘problema mayor’. Hay que recordarles a quienes tienen horror sagrado a la transferencia de genes entre especies que esta se ha dado siempre espontáneamente en la naturaleza y que todas las plantas domesticadas (ancestralmente) han sufrido procesos de selección artificial que han cambiado sus propiedades.
A quienes temen por la salud se les debe recordar que algunos de esos productos, como la soya, el maíz y el algodón, son ya consumidos masivamente hace más de 20 años en todo el mundo, que hay más de 2.000 millones de hectáreas sembradas con ellos y que varios miles de millones de personas los hemos consumido (sí, ustedes también), sin ningún reporte verificable de que hagan daño. Las pruebas que les exigen las autoridades sanitarias son mucho más estrictas que las de otros cultivos. Algunos transgénicos mejoran las cualidades nutritivas del alimento aumentando su contenido de proteínas o suplementándolo con vitaminas ausentes en algunas dietas.
Pero, los transgénicos no son el único producto tecnológico que está transformando la agricultura. Se desarrollan, por ejemplo, tecnologías digitales que permiten dosificar, por goteo local, los herbicidas. Hoy hay drones que fotografían las parcelas y guían a los aspersores de los tractores para que fumiguen las malezas individualmente, disminuyendo al mínimo la contaminación. La química se ha sofisticado con productos cada vez más específicos para las plagas y más inocuos para los demás.
Algo de lo dicho acá muestra el potencial único, no suficientemente enfatizado, que tiene la nueva tecnología agrícola para proteger el medioambiente. La expansión de la frontera agrícola a costa de bosques y páramos solo se puede controlar aumentando la productividad de las tierras actualmente en uso y la posibilidad de usar otras hoy desérticas. Los abonos nitrogenados contaminantes podrán desaparecer con recombinantes que usen el nitrógeno del aire. Hay tecnologías que disminuyen el uso de plaguicidas y se complementan con bacterias que los degradan en el suelo.
Quienes abogan por un regreso a las “condiciones naturales” y a técnicas ancestrales deben saber que estas eran sostenibles (y no siempre) en poblaciones muy pequeñas y que morían jóvenes. Los cazadores-agricultores debían migrar, tumbando bosque de parcela en parcela, a medida que se agotaban. Hoy, eso no es posible: la parcela más próxima queda en Marte y no es buena. Ojalá que entre los planes de Minagricultura para el posconflicto haya mucha transferencia de tecnología y poca magia.
Pero, los transgénicos no son el único producto tecnológico que está transformando la agricultura. Se desarrollan, por ejemplo, tecnologías digitales que permiten dosificar, por goteo local, los herbicidas. Hoy hay drones que fotografían las parcelas y guían a los aspersores de los tractores para que fumiguen las malezas individualmente, disminuyendo al mínimo la contaminación. La química se ha sofisticado con productos cada vez más específicos para las plagas y más inocuos para los demás.
Algo de lo dicho acá muestra el potencial único, no suficientemente enfatizado, que tiene la nueva tecnología agrícola para proteger el medioambiente. La expansión de la frontera agrícola a costa de bosques y páramos solo se puede controlar aumentando la productividad de las tierras actualmente en uso y la posibilidad de usar otras hoy desérticas. Los abonos nitrogenados contaminantes podrán desaparecer con recombinantes que usen el nitrógeno del aire. Hay tecnologías que disminuyen el uso de plaguicidas y se complementan con bacterias que los degradan en el suelo.
Quienes abogan por un regreso a las “condiciones naturales” y a técnicas ancestrales deben saber que estas eran sostenibles (y no siempre) en poblaciones muy pequeñas y que morían jóvenes. Los cazadores-agricultores debían migrar, tumbando bosque de parcela en parcela, a medida que se agotaban. Hoy, eso no es posible: la parcela más próxima queda en Marte y no es buena. Ojalá que entre los planes de Minagricultura para el posconflicto haya mucha transferencia de tecnología y poca magia.
5 comentarios:
El planeta tierra esta poco a poco llegando a su limite de explotación de recursos por el hombre una especie dominante sobre el,que cree que cuenta con un sistema infinito de recursos.en su afán de calmar el hambre de las masas decide modificar y alterar genéricamente sus cultivos para hacerlos mas productivos.
creo que esto no esta mal pensando en la gente pero si lo vemos de el punto de vista natural nuestro ADN es el resultado de millones de años de evolución y alterarlo así de la noche a la mañana traerá consecuencias.
alejandro gutierrez saavedra 20162151638
Pienso que los cultivos transgenicos no son la solución, ni nada nada que altere la información genética de animales o plantas. No es que estemos sobrepoblando la Tierra si no que no le damos un buen uso a los recursos que ella nos ha regalado. Como bien sabemos los alimentos transgenicos contaminan el suelo y de una u otra forma tambien estan contaminando el agua, tambien hace que se acelere el crecimiento de plantas y que estas cumplan el ciclo mas rapido de lo normal, haciendo que se pierda la biodiversidad y haya un incremento de sustancias toxicas en el ambiente.
El ser humano tiene sed de invocacion y poder, con tal de calmarla estamos acabando el planeta.
Angie Paola Charry Lizcano cod 20172161341
En mi opinión, los alimentos transgénicos son a largo plazo malos para la salud y hay mas tendencias al consumo de productos naturales, ademas los países que los consumen están viendo como cada vez hay mas restricciones para acceder a estos, porque si bien es cierto la semilla es mas productiva y nutritiva, estas tiende a dañar mas la tierra, es decir a corto plazo es bueno, sin embargo a largo plazo trae consecuencias malas; Por otro lado considero que los cultivos transgénicos no deberían ser un tema tabú y se debería apoyar en su desarrollo pero supervisando rigurosamente cada producto desarrollado por expertos para posteriormente sacarlos al mercado.
Carlos Andrés Polanco Triana - 20142130907
La posible solución que tendrá la humanidad cuando ya mire que la cosa es muy seria y que el cambio climático lo este afectando,si,no como ahora que es simplemente noticia y muchas veces no está tomada haciendo uso de razón., ahí si se daría el paso de cuidar, conservar , ojalá no sea tarde y la solución no está en espandir,la solución está en que en poca tierra se produzca más,la solución está volviendo desiertos fértiles ricos para el cultivo, la solución está en CUIDAR,así será el paso para que la humanidad se sostenga y que nuestra especie no llegue a la extinción por tener el uso de la razón y ser una especie que solo piensa para dañar.
Jhon Alex Torres-20162152664
El mundo cambia constantemente y como dijo Darwin solo sobrevive quien se adapta al cambio y nuestro contorno ha cambiado mucho respecto al de algunas décadas, como dice en el documento los métodos de agricultura antiguos eran muy robustos, se manejaba de hectáreas a hectáreas, no se restauraba, solo se utilizaba, desechaba y se repetía el siclo. Esto ya no es posible, como también ya no es posible exagerar con los pesticidas y para eso está la biotecnología, es posible modificar los alimentos para mejorarlos, es posible mejorar sus abonos, eliminar sus plagas, aumentar su producción si se modifica correctamente ; no es un camino fácil pero tenemos que adaptarnos porque el mundo ya no está para seguir acabando de hectáreas a hectáreas de vegetación , ahora tenemos que saber utilizar una pequeña parte y sacar toda su producción posible . Saquémonos de la cabeza que modificar genéticamente es malo, la gente se aterroriza al escucharlo, pero es la solución más factible.
carlos andres losada castillo - 20171158155
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