Tomado de http://sialaleche.org, para efectos académicos.
Has oído mil leyendas. Que la leche puede resultar indigesta, que la entera tiene más calcio que la desnatada y, últimamente, se ha puesto de moda la leche sin lactosa. Otra fuente de mitos. ¿Es mejor esta variedad que la leche “normal”? ¿Aporta menos calorías? Seas intolerante o no, en este artículo resolvemos todas las dudas que puedas tener.
1. ¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La lactosa es un disacárido o, lo que es lo mismo, el azúcar natural de la leche. La intolerancia a la lactosa se produce por la ausencia de lactasa en el organismo. Su función es dividir la lactosa en sus dos componentes: glucosa y galactosa; pero si este proceso no se produce correctamente, significa que la lactosa no es absorbida por el organismo. Al no digerirse, es fermentada por la flora bacteriana provocando molestias.
2. ¿Cuáles son los síntomas?
Aunque siempre hay que consultar con el médico para que haga un diagnóstico, puedes empezar a sospechar que padeces intolerancia si, después de ingerir leche u otros derivados lácteos, sufres alguno de los siguientes síntomas: náuseas, vómitos, dolor abdominal, gases, diarrea…
Estas molestias se producen porque se originan ácidos grasos de cadena corta y metano, hidrógeno y dióxido de carbono; unos gases que producen los síntomas característicos de esta patología.
Estos síntomas aparecen entre los 30 minutos y las dos horas después de ingerir alimentos que contienen lactosa. La tipología e intensidad de los síntomas pueden variar según el grado de intolerancia.
3. ¿Es más digestiva la leche sin lactosa?
Si tu cuerpo no es capaz de romper toda la lactosa de la leche, puedes notar el vientre hinchado, ya que esta mala digestión produce gases. La leche sin lactosa, al ser más digestiva, minimiza el efecto de los gases y la sensación de pesadez.
4. ¿La leche sin lactosa sabe igual que la leche “normal”?
Por el proceso industrial, la enzima lactasa rompe la lactosa en sus dos azúcares simples: la glucosa y la galactosa. Es por este proceso que los consumidores perciben un sabor más dulce que en la leche ‘clásica’.
El 34% de los consumidores de leche ‘clásica’ que prueban una leche sin lactosa la abandona por su sabor, y a más de la mitad les sabe distinta que una leche ‘tradicional’, según el estudio ‘Descubriendo al consumidor de Leche Sin Lactosa 2013’(1). Algunas marcas han conseguido mejorar su proceso para poder ofrecer el mejor sabor; un sabor menos dulce y más parecido a una leche ‘normal’, manteniendo todos los nutrientes de la leche ‘tradicional’.
5. ¿Tiene menos calorías que la leche “tradicional”?
Se ha extendido la falsa creencia de que la leche sin lactosa aporta menos calorías que la leche ‘tradicional’. Sin embargo, el contenido total de azúcares es el mismo.
La única diferencia es que a la leche sin lactosa se le añade lactasa para que transforme este azúcar en sus unidades más sencillas (glucosa y galactosa) y, así, puedan ser absorbidas fácilmente por el organismo.
6. ¿Aporta los mismos nutrientes que la leche “normal”?
La leche sin lactosa mantiene todos los nutrientes de los lácteos. Sigue siendo un alimento muy completo que debes incluir en tu dieta diaria para conseguir las recomendaciones diarias de calcio o vitamina D.
7. ¿La leche sin lactosa vale para todos?
La ventaja que presenta la leche sin lactosa es que es apta tanto para los intolerantes como para los que no lo son. La leche sin lactosa se recomienda en el contexto de una dieta variada y equilibrada y un estilo de vida saludable.
Los únicos que deben eliminarla de su dieta son los alérgicos a la proteína de la leche de vaca, que podrán sustituirla por bebidas vegetales alternativas, como por ejemplo la de soja.
Los únicos que deben eliminarla de su dieta son los alérgicos a la proteína de la leche de vaca, que podrán sustituirla por bebidas vegetales alternativas, como por ejemplo la de soja.
8. ¿Cuántas personas son intolerantes a la lactosa en España?
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) (2), una de cada tres personas en España no tolera la lactosa, en mayor o menor medida, y muchas de ellas no lo saben.
Ante este nuevo panorama, los productos sin lactosa son un mercado en auge. Hasta hace poco, cuando la leche sentaba mal, la única opción era reducir o renunciar a su consumo. Ahora existen como alternativa las leches sin lactosa.
9. ¿Qué tipos de intolerancia existen?
Si eres uno de los afectados por esta patología, se puede deber a tres causas:
- Deficiencia congénita: se produce desde el nacimiento. El bebé tiene ausencia de actividad de la lactasa desde que se expone al consumo de la leche materna. Es una tipología de intolerancia poco frecuente.
- Deficiencia primaria: es un trastorno en el que, con la edad, se produce un descenso fisiológico de la producción de lactasa en el organismo; normal en la mayoría de los mamíferos. La prevalencia es elevada y variable geográficamente, siendo más frecuente en países del hemisferio sur.
- Deficiencia secundaria (o adquirida): suele ocurrir como consecuencia de enfermedades gastrointestinales, enfermedad celíaca o infecciones y, generalmente, tiene carácter puntual.
10. ¿Cómo puedo saber si soy intolerante a la lactosa?
Si ya has observado molestias o sospechas que podrías padecer algún tipo de intolerancia a la lactosa, deberás acudir al médico para que realice las pruebas pertinentes. Estas pueden ser:
- Test de hidrógeno espirado: es la prueba más utilizada y consiste en beber una dosis estándar de lactosa disuelta en agua para posteriormente medir los niveles de hidrógeno en el aliento a los 15, 30, 60, 90 y 120 minutos.
- Test sanguíneo: busca la presencia de glucosa en la sangre. El cuerpo produce glucosa cuando la lactosa se descompone.
- Biopsia de intestino delgado.