lunes, 27 de febrero de 2017

Las 12 'superbacterias' que son una amenaza para la salud humana

Tomado de Eltiempo.com para efectos académicos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó este lunes su primera lista de "patógenos prioritarios" resistentes a los antibióticos, que incluye las doce familias de bacterias más peligrosas para la salud.
Esa clasificación, destinada a promover la investigación de nuevos antibióticos, pone de manifiesto, según informó ese organismo en una videoconferencia, la amenaza que suponen las bacterias gramnegativas resistentes a múltiples antibióticos, con capacidad para resistir a los tratamientos.

Marie-Paule Kieny, subdirectora general de la OMS para sistemas de salud de innovación, instó a los Gobiernos a "comprometer fondos" para la investigación de nuevos antibióticos. En un comunicado, esa experta indicó que esa lista es "una nueva herramienta para garantizar que la I+D responde a necesidades urgentes de salud pública".
"La resistencia a los antibióticos va en aumento y estamos agotando muy deprisa las opciones terapéuticas. Si dejamos el problema exclusivamente a merced de las fuerzas de mercado, los nuevos antibióticos que con mayor urgencia necesitamos no estarán listos a tiempo", opinó esa experta.
La lista se divide en tres categorías, según la prioridad sea crítica, alta o media.
El grupo de prioridad crítica incluye las bacterias multirresistentes, que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos. Entre ellas figuran las llamadas bacterias Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas como Klebsiella, E. coli, Serratia y Proteus, que pueden provocar infecciones graves y a menudo letales.
En cuanto a las categorías de prioridad alta y media, el organismo indicó que contienen otras bacterias que muestran una farmacorresistencia en aumento y provocan enfermedades comunes como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
Con esa clasificación, la OMS quiere urgir a los Gobiernos a establecer políticas que promuevan la investigación científica básica y la I+D avanzada mediante organismos financiados con fondos públicos. Keany también puntualizó que el bacilo de la tuberculosis, cuya resistencia al tratamiento tradicional ha ido en aumento en los últimos años, no ha sido incluido en la lista porque es objeto de otros programas específicos.
Otras bacterias que no se nombran, como los estreptococos de los grupos A y B y la Chlamydia, tienen bajos niveles de resistencia a los tratamientos existentes y no representan actualmente una amenaza significativa para la salud pública, según la OMS.
Entre algunos de los criterios seguidos para incluir patógenos en esa clasificación se tuvo en cuenta el grado de letalidad de las infecciones, que el tratamiento requiera o no una hospitalización larga o la frecuencia con que las bacterias presentan resistencia a los antibióticos existentes cuando infectan a las personas de las comunidades.
Según destacó, por su parte, la profesora Evelina Tacconelli, jefa de la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Tübingen y una de las autoras de la lista, "los nuevos antibióticos desarrollados contra los patógenos prioritarios que figuran en esta lista contribuirán a reducir las muertes debidas a infecciones resistentes en todo el mundo".
Esta experta advirtió además de que "esperar más producirá problemas adicionales de salud pública y repercutirá enormemente en la atención a los pacientes".

viernes, 24 de febrero de 2017

¿Qué aportó el ADN neandertal a los genes humanos?

Estudio confirma que secuencias de ADN neandertal aún influyen en la activación o desactivación de los genes de humanos modernos. Los científicos señalan que un gen neandertal contribuye a reducir el riesgo de esquizofrenia, pero influye en la altura de las personas.
Tomado de Elespectador.com para fines académicos
El último neandertal vivió hace 40.000 años, pero gran parte de su genoma perdura a través de los humanos modernos. Hasta ahora los científicos desconocían el impacto que ha tenido la contribución génica de los neandertales en los humanos modernos. Un nuevo estudio, publicado en la revista Cell, demuestra que las secuencias de ADN neandertal todavía influyen en cómo se activan o desactivan los genes en los humanos modernos. 
Según los científicos, liderados por la escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EE UU), los efectos de los genes de los neandertales sobre la expresión génica probablemente contribuyen a rasgos como la altura y la susceptibilidad a la esquizofrenia o al lupus. 
“Incluso 50.000 años después del último cruce entre humanos y neandertales, podemos ver impactos medibles en la expresión de los genes. Esos cambios contribuyen a la variación fenotípica de los humanos y la susceptibilidad a las enfermedades”, dice Joshua Akey, genetista en la Escuela de Medicina de la universidad estadounidense y coautor del trabajo.
Estudios anteriores habían hallado correlaciones entre los genes neandertales y rasgos como el metabolismo de la grasa, la depresión y el riesgo de sufrir lupus. Pero como de los fósiles neandertales solo se puede extraer el ADN y no el ARN (ácido ribonucleico), hasta ahora los científicos no han podido saber exactamente de qué manera influyen los genes neandertales. Lo que sí han podido hacer es analizar la expresión génica de los humanos modernos que poseen ancestros neandertales.
Influencia sobre la altura y la esquizofrenia
En este estudio, los investigadores analizaron secuencias de ARN en bases de datos del proyecto llamado Genotyope-Tissue Expression, en busca de personas que llevaran versiones de cualquier tipo de gen neandertal y humano moderno (una versión de cada padre). A continuación, compararon la expresión de los alelos –formas alternativas que puede tener un mismo gen– en 52 tejidos diferentes.  
“Encontramos que en el 25% de todos los tejidos que analizamos, pudimos identificar diferencias en la expresión entre el alelo neandertal y en el del humano moderno”, señala Rajiv McCoy, otro de los autores e investigador en la misma universidad.
La expresión de los alelos neandertales tendió a ser especialmente baja en el cerebro y en los testículos, lo que sugiere que estos tejidos pudieron experimentar una evolución más rápida desde que los humanos modernos divergieron de los neandertales hace 700.000 años. “Podemos deducir que las mayores diferencias en la regulación génica entre humanos modernos y neandertales se encuentra en el cerebro y los testículos”, subraya Akey.
El estudio revela por otra parte el hallazgo de un alelo neandertal de un gen llamado ADMTSL3 que disminuye el riesgo de esquizofrenia, pero que influye en la altura. “Nuestros resultados demuestran que la mutación causal fue heredada de los neandertales”, declara McCoy.
Sin embargo, la conexión entre la proteína modificada, la altura y la esquizofrenia aún requiere más investigación, pero según los científicos es un ejemplo de cómo pequeñas alteraciones entre humanos modernos y neandertales pueden contribuir a la diferencia entre las personas.

lunes, 20 de febrero de 2017

«Reviven» unas raras formas de vida de 60.000 años atrapadas en la cueva de los cristales gigantes de Naica

Los microorganismos, nunca vistos hasta ahora, se alimentan de sulfito, manganeso y óxido de cobre
Tomado de abc.es, para fines académicos
La cueva de los cristales gigantes de Naica
La cueva de los cristales gigantes de Naica - Archivo
ABC.ES Madrid - Actualizado: Guardado en: Ciencia

Investigadores de la NASA han descubierto en la enigmática cueva de los cristales gigantes de Naica, en México, unos microorganismos que se alimentan de sulfito, manganeso y óxido de cobre, entre otros productos químicos, y que probablemente son especies nuevas para la ciencia. Al parecer, si los científicos no se equivocan, estos seres siguen activos tras haber pasado 60.000 años «dormidos», atrapados en los cristales. El hallazgo ha sido dado a conocer por Penelope Boston, directora del Instituto de Astrobiología de la NASA, en una conferencia de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) que se ha celebrado este fin de semana en Boston (EE.UU.).
Esta cueva es, sin duda, uno de los lugares más fascinantes del planeta. Ubicada a cientos de metros de profundidad en una mina de plomo y zinc abandonada, en el estado mexicano de Chihuahua, está formada por grandes bloques de yeso que parecen el imaginario planeta de Superman. Los cristales crecen alrededor del grosor de un cabello humano por siglo, una lentísima velocidad que indica que ya han cumplido un millón de años, como señaló en su día un grupo de investigadores españoles del CSIC.
El sistema de grutas, situado encima de una gran bolsa de magma volcánica, es bellísimo y espectacular, pero en realidad un auténtico infierno. Sus altísimas temperaturas, que pueden subir a más de 50ºC, y la humedad, que ronda el 98%, hacen imposible pasar más de unos minutos en su interior sin acabar deshidratado.
En semejante lugar, encontrar vida parece imposible, pero no lo es. Boston dice haber dado con cientos de diferentes microorganismos, en su mayoría bacterias, que quedaron atrapados en estos cristales por períodos que van de 10.000 a 60.000 años. De estos seres, el 90% nunca se había visto antes en la Tierra.
No es la primera vez que aparece vida en Naica. En 2013, otro equipo francés y español informó del hallazgo de vida microbiana en soluciones salinas hidrotermales a unos 700 metros en el interior del sistema. Eran microbios modernos adaptados para operar en un ambiente extremadamente limitado de energía que también se nutrían de sustancias químicas en el subsuelo, y genéticamente distintos de especies microbianas conocidas.

Vida en otros planetas

El hallazgo de la NASA todavía no se ha publicado en una revista científica importante, revisada por pares, debido a que los resultados deben aún confirmarse. No es la primera vez que consiguen revivir antiquísimas bacterias atrapadas en el hielo glacial o en cristales de sal, pero, debido a la antigüedad de la muestra, no debe darse nada por sentado hasta que el descubrimiento se verifique. Si así fuera, se trataría de los microorganismos vivos extremos más antiguos descubiertos hasta la fecha.
Con todo, para los astrobiólogos, supone algo realmente emocionante, ya que no solo es un ejemplo más de hasta dónde puede llegar la vida en la Tierra, sino que plantea la esperanza de descubrir organismos que puedan sobrevivir en ambientes extremos en otros planetas. De igual forma, plantea la preocupación de que las naves que visiten otros mundos -por ejemplo, en los viajes a Marte- sean lo suficientemente estériles para no «contaminarlos» con bacterias terrestres.

lunes, 13 de febrero de 2017

Logran determinar cómo son las ondas gravitacionales del Big Bang

La fuente de esa señal sería un fenómeno cosmológico perdido en la noche de los tiempos, el «oscilón"
Esta es la señal que los físicos experimentales deben buscar en sus detectores para encontrar las ondas gravitacionales del Big Bang
Esta es la señal que los físicos experimentales deben buscar en sus detectores para encontrar las ondas gravitacionales del Big Bang - Departamento de Física de la Universidad de Basilea
Tomado de ABC.ES    ciencia

Un equipo de físicos teóricos de la universidad suiza de Basilea ha conseguido, por primera vez, calcular las características que debe tener la señal que delate a las ondas gravitacionales primigenias, las emitidas apenas una fracción de segundo después del Big Bang. La fuente de esa señal sería un fenómeno cosmológico perdido en la noche de los tiempos, el "oscilón". El trabajo se acaba de publicar en Physical Review Letters. Gracias a este estudio, los científicos que manejan los detectores de ondas gravitacionales sabrán, por fin, cómo es exactamente la señal que deberán buscar para localizar estas antiquísimas ondas, y podrán así extraer de ellas información directa del instante en que se originó el Universo.
A pesar de que Albert Einstein predijo las ondas gravitacionales hace ya un siglo, su existencia no pudo probarse experimentalmente hasta finales de 2015, cuando los detectores LIGO, en Estados Unidos, lograron captar las ondas producidas durante la fusión de dos lejanos agujeros negros.
Las ondas gravitacionales son completamente diferentes de cualquier otra clase de onda. De hecho, a medida que viajan por el Universo, tienen el efecto de encoger y estirar el mismísimo espacio-tiempo. En otras palabras, distorsionan a su paso la geometría del espacio mismo, de una forma similar a la que lo hace una onda en el agua. A pesar de que cualquier masa acelerada está emitiendo ondas gravitacionales, sólo somos capaces de medir aquellas que proceden de masas extremadamente grandes, como es el caso de los agujeros negros o las supernovas.
Sin embargo, las ondas gravitacionales no solo proporcionan información sobre los eventos más violentos, sino que pueden ofrecernos valiosísimas pistas sobre cómo se formó el Universo mismo. Precisamente para eso, para lograr aprender más sobre las primerísimas etapas de existencia del Universo, el profesor Stefan Antusch y su equipo del Departamento de Física de la Universidad de Basilea han llevado a cabo una exhaustiva investigación sobre lo que se conoce como el "fondo estocástico" de las ondas gravitacionales.
Dicho fondo consiste en una suerte de mezcla de ondas gravitacionales procedentes de un gran número de fuentes distintas. Esas ondas se superponen unas a otras, produciendo un amplio espectro de frecuencias. Lo que hicieron los investigadores fue calcular los rangos de frecuencia y las intensidades de esas ondas, de modo que puedan ser corroboradas por futuros experimentos con detectores.
Poco después del Big Bang, el Universo entero era aún muy pequeño, muy denso y muy caliente. "Imagine algo del tamaño de un balón de fútbol", explica Antusch. Todo el Universo estaba comprimido en ese espacio tan pequeño, y su interior era extremadamente turbulento. Los cosmólogos creen que, en esa fase tan temprana, todo el Universo estaba dominado por un único tipo de partícula llamada "inflatón", y su campo asociado. El inflatón (cuya existencia aún no ha sido demostrada experimentalmente) habría sido responsable del periodo de inflación sufrido por el Universo naciente, unos pocos instantes durante los cuales multiplicó su tamaño de forma explosiva, pasando del balón de fútbol a ser apenas mil veces más pequeño que el actual.

Burbujas en el espacio

Los inflatones, según la teoría, sufrieron intensas fluctuaciones con unas características muy especiales. Y formaron grumos o burbujas que oscilaban en regiones muy localizadas del espacio. Dichas regiones se denominan "oscilones", y pueden imaginarse como ondas estacionarias. "Aunque los oscilones ya han dejado de existir -afirma Antusch- las ondas gravitacionales que emitieron son omnipresentes, y podemos usarlas para mirar más hacia el pasado que nunca". En efecto, cualquier estudio cosmológico actual se basa en datos extraídos de radiaciones electromagnéticas, y por eso solo es posible llegar hasta unos 300.000 años después del Big Bang, cuando el Universo se hizo transparente a la radiación. Pero gracias a las ondas gravitacionales del Big Bang tendremos, por primera vez, una forma directa de observar lo que pasó casi en el momento mismo de la creación.
Utilizando simulaciones numéricas, los físicos de Basilea fueron capaces de calcular la forma que debería tener la señal de los oscilones, emitida apenas unas fracciones de segundo después del Big Bang. Sobre los gráficos (en la imagen), la señal aparece como un pronunciado pico surgiendo del amplio espectro de las varias ondas gravitacionales. "Antes de nuestros cálculos -explica Antusch- no habíamos pensado que los oscilones pudieran producir una señal tan fuerte en una frecuencia específica. Ahora, el paso siguiente es que los físicos experimentales demuestren la existencia de esa señal usando sus detectores".