martes, 24 de febrero de 2015

¿CUANDO FLORECIÓ LA VIDA EN LA TIERRA?

Una nueva investigación en busca de algunas de las rocas más antiguas del planeta encuentra evidencias de que sucedió mil millones de años antes de lo que se creía

Una chispa de un rayo, el polvo interestelar, o un volcán submarino podrían haber desencadenado la primera vida en la Tierra. Pero, ¿qué pasó después? La vida puede existir sin oxígeno, pero sin nitrógeno abundante para construir genes, esenciales para los virus, bacterias y todos los demás organismos, la vida en la Tierra primitiva habría sido escasa.
Se cree que la capacidad de utilizar el nitrógeno atmosférico para sustentar la vida apareció hace aproximadamente 2.000 millones de años. Ahora, una investigación de la Universidad de Washington en busca de algunas de las rocas más antiguas del planeta encuentra evidencias de que aún antes, hace 3.200 millones de años, la vida ya estaba tirando del nitrógeno del aire para sustentar a las comunidades más grandes.
«La gente siempre ha tenido la idea de que la antigua biosfera estaba tenuemente aferrada a este planeta inhóspito, y que no fue hasta la aparición de la fijación del nitrógeno que de repente se convirtió en grande, robusta y diversa», dice Roger Buick, profesor de ciencias de la Tierra y el espacio en Washington. «Nuestro trabajo demuestra que no había crisis de nitrógeno en la Tierra primitiva, y por lo tanto podría haber apoyado una biosfera bastante grande y diversa».
Según explican en la revista Nature, los investigadores analizaron 52 muestras de edades comprendidas entre 2.750 a 3.200 millones de años, recogidas en Sudáfrica y en el noroeste de Australia. Estas son algunas de las rocas más antiguas y mejor conservadas del planeta. Las rocas se formaron a partir de los sedimentos depositados en los márgenes continentales, por lo que están libres de las irregularidades químicas que se producirían cerca de un volcán submarino. También se formaron antes de que la atmósfera ganara oxígeno, aproximadamente de 2.300 a 2.400 millones de años atrás, y así preservan pistas químicas que han desaparecido en las rocas modernas.
Incluso las muestras más antiguas, de 3.200 millones de años -tres cuartas partes del camino de regreso al nacimiento del planeta- mostraron evidencias químicas de que la vida estaba tirando del nitrógeno en el aire. La relación de los más pesados a más ligeros átomos de nitrógeno se ajusta al patrón de enzimas fijadoras de nitrógeno contenidas en los organismos unicelulares, y no se han encontrado reacciones químicas que se produczcan en ausencia de vida.
«Imaginar que este proceso realmente tan viejo y complicado, y que ha operado de la misma manera durante 3.200 millones de años, creo que es fascinante», dice Eva Stüeken, autora principal del estudio. «Esto sugiere que estas enzimas realmente complicadas se formaron aparentemente muy temprano, así que tal vez no sea tan difícil para estas enzimas evolucionar».
El análisis genético de las enzimas fijadoras de nitrógeno ha fijado su origen en hace entre 1.500 y 2.200 millones de años. La fijación de nitrógeno significa romper un triple enlace tenaz que mantiene a los átomos de nitrógeno en pares en la atmósfera y unir un solo átomo de nitrógeno a una molécula que es más fácil de usar por los seres vivos.
La firma química de las rocas sugiere que el nitrógeno estaba roto por una enzima basada en el molibdeno, el más común de los tres tipos de enzimas fijadoras de nitrógeno que existen ahora. El molibdeno es ahora abundante porque el oxígeno reacciona con rocas de lava en el océano, pero es más misterioso su origen en la antigua Tierra, antes de que la atmósfera tuviera oxígeno para desgastar rocas.
Los autores plantean la hipótesis de que esto puede ser una evidencia adicional de que algo de vida temprana puede haber existido en capas unicelulares en la tierra, exhalando pequeñas cantidades de oxígeno que reaccionaron con la roca para liberar molibdeno en el agua.
«Esto podría darnos la evidencia indirecta de que la tierra estaba habitada», afirma Buick. «Los microbios podrían haberse arrastrado fuera del océano y vivir en una capa de limo en las rocas de la tierra, incluso antes de hace 3.200 millones de años», añade.
Tomado de ABC.com 17-05-2015

miércoles, 4 de febrero de 2015

La edad biológica del ADN puede predecir cuándo moriremos


Un nuevo estudio afirma que la edad biológica del cuerpo es determinante a la hora de saber cuánto tiempo nos queda en este mundo

ABC
Largometrajes como «In time» han hecho uso de una popular y recurrente idea sobre la que construir una historia de ciencia ficción: la de que es posible saber cuánto le queda a una persona de vida.Algo que hasta hace bien poco se consideraba totalmente imposible averiguar pero que, con el paso del tiempo, se está demostrando hasta cierto punto posible. Así lo afirma, al menos, un estudio publicado por la revista «Genome Biology», que señala la existencia de un «reloj biológico» ubicado en el ADN que permite conocer la edad real de nuestro organismo y, por ende, cuánto estaremos en este mundo.
Los investigadores, que pertenecen a varias universidades (entre las que destacan la de Edimburgo, la de Queenslan y la de Harvard), han estudiado además los cambios químicos que se producen en el ADN de una persona durante su vida. En base a ellos, han llegado a la conclusión de que que este «reloj biológico» ofrece pistas vitalesacerca de cuánto tiempo es probable que viva una persona.
La edad biológica
Los cálculos se basan en nuestra edad biológica. Esta se corresponde con los años que tiene acumulados realmente nuestro organismo en base a los cambios químicos que han modificado el ADN y puede averiguars emediante unas sencillas pruebas. Según han determinado los expertos en la investigación, este dato no tiene por qué corresponderse con la edad que tiene un sujeto desde que nació, sino que puede ser una cifra mayor, menor o similar. Concretamente, el estudio explcia que aquellas personas cuya edad biológica es mayor que la real son más propensas a fallecer antes que a las que les sucede a la inversa.
Para llevar a cabo esta investigación, los investigadores hicieron un seguimiento de las vidas de casi 5.000 personas adultas durante 14 años. «Los mismos resultados en cuatro estudios indican un vínculo entre el reloj biológico y las muertes. Por el momento no está claro si el estilo de vida o factores genéticos influyen en la edad biológica de una persona», afirma Riccardo Marioni, del Centro para el Envejecimiento Cognitivo y Epidemiología Cognitiva de la Universidad de Edimburgo.

«Esta nueva investigación aumenta nuestra comprensión de la longevidad y el envejecimiento saludable. Es emocionante cómo se ha identificado un nuevo indicador de envejecimiento, lo que mejora la predicción de la vida útil por encima de la contribución de factores tales como el fumar, la diabetes y la enfermedad cardiovascular», determina, por su parte, el profesor Ian Deary, del mismo centro que Marioni.


Tomado del diario ABC de Madrid España, el 4 de febrero de 2015