lunes, 15 de abril de 2024

Elaboración de ADN sintético acerca a los científicos a la creación de vida artificial

Investigadores estadounidenses desarrollaron el primer genoma sintético de una bacteria, un adelanto que podría ser crucial para la creación del primer organismo vivo artificial.

Se trata de la mayor estructura de ADN -elemento base de la vida jamás fabricada por el hombre, por ello es considerado un gran paso en el campo de la biología sintética, está encaminada a crear nuevos organismos que funcionen de manera diferente a como la naturaleza había pretendido.

Los investigadores explican que lograron "esta proeza técnica" produciendo químicamente los fragmentos de ADN de la bacteria Micoplasma genitalium en su laboratorio, desarrollando nuevos métodos para ensamblarlos y reproducirlos. Previamente habían despojado al genoma de los genes inútiles, conservando solo aquellos estrictamente necesarios para las funciones biológicas. 

"Es un avance alentador para nuestros investigadores y esta disciplina", celebró Dan Gibson, principal autor del estudio, en el cual también participó Craig Venter, fundador del Instituto Venter y controvertido pionero de la biotecnología. 

"No obstante, seguimos trabajando hacia el objetivo final de insertar un cromosoma sintético en una célula y lograr así la creación del primer organismo artificial", añadió. 

Se trata de hecho de crear una bacteria nueva por completo injertándole un genoma diseñado  para que pueda cumplir una función específica, pues en este experimento no crearon realmente el germen sino su estructura genética.

"Hemos mostrado que es posible crear artificialmente grandes genomas y ajustar su tamaño, lo que abre el camino a potenciales aplicaciones importantes como la producción de biocombustibles", explicó el doctor Hamilton Smith, del Instituto Venter y uno de los coautores del trabajo. 

También se podrían producir organismos artificiales para el tratamiento biológico de los desechos tóxicos o la captura del dióxido de carbono (CO2), aseguraron los autores del estudio, publicado recientemente en la revista Science.

Un trabajo de tres etapas

Esta investigación "representa la segunda de tres etapas hacia la creación de un organismo vivo enteramente artificial", precisó Dan Gibson. 

La primera etapa fue franqueada en 2007 con la exitosa transferencia de un genoma de una bacteria a otra bacteria, convertida en una especie diferente en el proceso. 

Para la etapa final intentarán crear una célula artificial de bacteria basada enteramente en el genoma sintético de la que acaban de fabricar. 

El interés de los investigadores en la bacteria M. genitalium radica en que esta posee uno de los genomas celulares más pequeños conocidos, con poco más de 580 genes, en comparación con el del hombre que cuenta con casi 30.000. 

Detractores de la investigación

Pese a los logros,  algunos científicos estiman que Venter y su equipo todavía están lejos de poder crear vida artificial.

Por ejempo, Eckard Wimmer, profesor de biología molecular en el Departamento de Genética Molecular de la Universidad de Nueva York, se pregunta por qué el Instituto Venter no pudo ya, con este genoma artificial, recrear un organismo artificial. 

Subrayó un comentario de los autores al final del estudio indicando que "el vector (genoma artificial) tal vez no era viable para transplantes experimentales". 

Y en el mismo sentido, grupos de control ético también criticaron el trabajo, renovando su llamado a una moratoria sobre la producción y comercialización de organismos sintéticos. 

"Venter ha hecho mucho ruido pero no es Dios y todavía le falta mucho camino por recorrer antes de crear vida", comentó Helen Wallace, bióloga y portavoz de GeneWatch Gran Bretaña. 

Por su parte, Venter apeló diciendo: ''No lo veo como si estuviéramos creando vida. Lo veo como que estamos modificando la vida para crear nuevas formas  mediante el diseño y construcción sintética de cromosomas''.

En todo caso, la posibilidad de que el hombre tenga las herramientas para realizar cambios genéticos genera mucha controversia e incertidumbre.  "Este tipo de ingeniería genética abre la posibilidad al hombre de realizar cambios mucho más importantes en el código de la vida", indicó Wallace.

 "Esto significa que en el futuro será posible crear organismos provistos de nuevas secuencias de su genoma y las consecuencias de esto para el medio ambiente podrían ser desconocidas", concluyó.